Desde el momento en que venimos al mundo y
abrimos los ojos por primera vez no dejamos de relacionarnos con las personas
de nuestro alrededor. Con un poco de tiempo aprendemos a hablar, leer y
escribir y cuando empezamos a tener uso de razón empezamos a dar importancia al
lenguaje, pero sin ser conscientes de que este es generativo, es decir, que
mediante el lenguaje somos capaces de generar mundos en nosotros y en los demás.
Sin ser conscientes ya de bien jovencitos empezamos
a emitir juicios sin parar, y como no, esos juicios van en dos direcciones,
hacia los demás y hacia nosotros mismos, pero… ¿Somos conscientes de la
responsabilidad que tenemos al juzgar a otro o incluso a ti mismo?
Además los juicios nos pueden cambiar de un
momento a otro, de un lado a otro, os pondremos un ejemplo que a nosotros nos
resultó muy divertido ¿Os atrevéis?
Debéis estar atentos mientras leéis la historia y
ser conscientes de los juicios que vais emitiendo en cada momento.
“Maria,
esposa de Juan, le dice a Juan que hoy no la espere para comer, porque tiene
mucha faena y se quedará en la oficina. En realidad Maria ha quedado con Luis
para comer…
(¿Qué o a quien estas juzgando? ¿De que forma?)
(¿Qué o a quien estas juzgando? ¿De que forma?)
Maria y Luis necesitan hablar para organizarle una fiesta sorpresa a Juan por su 40 cumpleaños y por eso han quedado sin Juan
(¿Ha cambiado tu juicio sobre alguien?)
Ya
comiendo sin Juan, Luis le pide a Maria
que se vaya a vivir con él, como habían hecho antes... que la quiere y echa de menos!
(¿Te ha vuelto a cambiar el juicio que hiciste antes?)
(¿Te ha vuelto a cambiar el juicio que hiciste antes?)
Maria le responde que SI, que sería genial! Pero que no sabe como decirselo a Luis para que no se lo tome mal...”
(¿Qué juicios tienes ahora sobre Maria y Luis?, ¿han cambiado?).
Resulta que Luis es hermano de María y como sabe que están mal economicamente, los invita a pasar este bache economico en su casa”
Si tu cabeza ha sido un hervidero de juicios que
iban de un lado a otro mientras leías la historia, por favor, ¡no te juzgues!
es totalmente normal, pero seguro que sacas aprendizaje de esto antes de juzgar
a alguien, o quizá no, eso es decisión tuya y de nadie mas.
Quizá si tenemos paciencia, nos paramos a conocer
un poco más a los demás o a conocer su historia, sus inquietudes, o incluso a
nosotros mismos para descifrar porqué juzgamos como juzgamos, podremos, además
de ser un poco más humildes, mejorar muchísimo nuestras relaciones
interpersonales.
Piensa que al juzgar, no solo estarás cambiando
tu realidad hacía esa persona, sino que si emites el juicio delante de otras,
quizá también cambies la mirada de otras.
"En el momento que una persona emite un juicio, suele hablar mas de él que de la otra persona"
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